sábado, 26 de mayo de 2007


La banda original estaba formada por Fernando Ruiz Díaz (guitarra y voz), Gabriel Ruiz Díaz (bajo y coros) y Marcelo Baraj (batería y percusión). Al poco tiempo el jovencísimo Abril (cuyo nombre real es Miguel Sosa) entró en reemplazo de Baraj. En vivo, el trío se transforma en cuarteto con la incorporación de su amigo Gustavo Bilbao (teclados, samplers y guitarras).
A diferencia de otras bandas Catupecu hizo un camino inverso. Primero tuvieron su propio estudio de grabación (Gabriel estudia ingeniería de sonido) y después armaron la banda y los temas. Un demo con el tema "Lavatuto", que repartían gratuitamente entre los fans, comenzó a construir la leyenda. Después crearían su propio sello discográfico (Mueve) con el que editarían sus primeros trabajos: "Dale!" (1997) y "A Morir!!!" (1998), este último fue grabado en vivo y contiene casi todo el material del primer álbum, algunos temas nuevos y un demoledor cover de "Héroes Anónimos", tema que popularizara Metrópolis en los años 80.
Su irrupción se produjo en un momento clave del rock argentino. El panorama local estuvo (y en parte aún lo está) dominado por las bandas del llamado "rock barrial" como Los Piojos, La Renga, Los Caballeros de la Quema y varios etc. Pero como Soda Stereo en los 80 y Divididos en los 90, Catupecu apunta a ser la punta de una lanza. Una generación que si bien no deja de lado el revisionismo histórico del rock argentino (y aquí se hacen habituales los nombres de Pescado Rabioso y Sumo, por ejemplo), está en la permanente búsqueda de un sonido nuevo.
El resto es historia conocida: varios sellos multinacionales se les acercaron cuando los reyes del under habían quebrado la marca de 30 mil copias con dos discos independientes. La mejor propuesta fue de EMI y el resultado final fue el antológico "Cuentos Decapitados" (2000). El álbum va camino a convertirse en un clásico de la mano de temas como "Y lo que quiero es que pises sin el suelo" (elegido como mejor video por los lectores del diario Clarín), "Perfectos Cromosomas", el vigoroso "Eso espero" y el mega-hit discotequero "Eso vive

El extraño nombre de la banda surgió de la boca de uno de los hermanos Ruiz Díaz en un errático intento por zafar de una lección en la escuela. Y ese estúpido invento, que seguramente le costó un 1 como nota, se transformó en el nombre del grupo argentino con más proyección. Para el que tenga alguna duda, sólo debe poner un disco de la banda en la compactera o, mejor aún, asistir a uno de sus arrolladores conciertos y comprobarlo en carne propia.


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